miércoles, 15 de agosto de 2007

ángel de lata (Liliana Barzaghi y Gabriel Campana)


Y la nena - ángel de lata - miraba el vestidito en la vidriera. Y un señor - otro horizonte, otra mirada - era capaz que se le acercaba y le ofrecía comprárselo - y la puta tentación que era tan fuerte. Y el cielo que no tenía puerta para ella y sus hermanos. Y sus hermanos que caían -bala a bala- en el barro de sus calles en la villa, en Rosario
Se quedaron acá, con los pies en la tierra.
Buscando, buscando, una flor que sea esperanza.
Cambiar, cruzar, crecer, querer.
En el río volaban los pájaros y se hundían las ilusiones.
La nena no sabría de la dulzura.

Gabriel Campana
Liliana Barzaghi

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola:
La misma nena sigue pasando frente a la misma vidriera. Lo único que ha variado es el vestidito porque claro, la moda no es la misma a medida que pasan los días. Su mirada también sigue siendo la misma, y su tentación la misma. Pero eso sí, tengo una esperanza, y es que dejen de variar tanto las modas de los vestiditos y que sean más las mismas a medida que pasan los días, y que la nena, sin dejar demasiado de ser la misma, pueda entrar a la tienda y, por el lado de adentro de la vidriera, tenga aunque sea una mínima posibilidad de pasar su manito mucho mas cerca de la tela estampada de sueños de los vestiditos de turno.
Espero no darme por aludido y equivocarme. Si me diera por aludido y acertara me quedaría en paz con mi corazón porque me está pidiendo encarecidamente que agradezca que alguno de sus latidos hayan servido para impulsar unas palabras dulcemente ordenadas en un texto tan parecido a un pan calentito. Si me diera por aludido y no acertara, igual. Muchas gracias.
El Tomi
(director del Ángel de lata)